sábado, 7 de septiembre de 2013

HOMBRECILLO DE MADERA




Llueve su rostro, así como la mañana nos arropa con su manto acuoso.  Silueta abatida.  Resalta el múltiple colorido de un traje arlequinesco sin lograr encender admiración entre su público.  Como un soldado de plomo, erguido, metódico y geométrico cree avanzar pero queda irremediablemente atascado.  Sus piernas de madera no tienen movimiento.  Sufre en silencio.  Cae la estanquilla y muestra una hornacina vacía.  Allá donde habitaba su corazón, sólo queda el enrojecido lacre de una pasión olvidada.

©Tere Casas 2013

lunes, 1 de julio de 2013

AQUELLA ROSA DE PAPEL


Triste vestido el que lleva, tachonado de melado, que más se asemeja a su color que a su sabor.  Encierra en cada pliegue una cita que callada y reveladora expone los sentimientos que alguna vez clamaron  en su temple. Y dice: “Lo necia que….”.  Necia pudiera haber sido al creer en su amor o bien, necia, por almacenar esos celos homicidas, y sin sentido, que su corazón albergaba.  El “perdona” y “ten cuidado” se suman.  Perdonarla, a ella.  Por arder en hogueras de desconfianza o simplemente ser prudente y caminar por el jardín con cautela.   Creyendo terminar con un “comenzar” hacia algo nuevo o un “nunca” de algo que mustiamente perece, en las espinas adheridas a un tallo inexistente, dejándola envejecer entre recuerdos desterrados.

Tere Casas ©2013

lunes, 25 de febrero de 2013



el viento descuelga el otoño
así como
el tiempo remolca tu recuerdo

                                             





tere casas ©2013

domingo, 27 de enero de 2013




infinidad de colores
zurcen instantes
con invisibles puntadas





Tere Casas©2013