lunes, 15 de noviembre de 2021




 ATERCIOPELADA


Admiro su tez.  El color y el fino vello que le recubre.  Mis sentidos se disparan y alcanzan cimas insospechadas.  Inmóvil me mira y no observa mi mirada atenta a esa abertura que se deslumbra en cierta lejanía.  Sudo y mis manos tiemblan solo de pensar a que sabrá tanta exquisitez.  Dulce es.  En su centro percibo la dureza de un corazón labrado en los pliegues de su carne.



© Tere Casas del libro SORBETE DE PARCHITA 2021