sábado, 21 de marzo de 2009

Cosechando dátiles

a Carolina, mi hija
mis manos cavaron surcos
guardé semillas
un rocío de lágrimas las regó

en el resplandor del sol

emergiste

hija


*

palmera

fuerte

a este oasis de mi vida
donas sombra y frutos

esparces retoños
donde sólo había tierra yerma



Tere Casas ©2009

9 comentarios:

Lin dijo...

Que bello, Tere.
Quedó precioso. Muy conmovedor.

Unknown dijo...

Ternura y amor, nada más, eso. Abrazos de Julia

J. L. Maldonado dijo...

Buenos trozos los suyos...

Anónimo dijo...

Uff! Amor purito!

Me gusta tu blog, todo muy sucinto, profundo, apasionado y bello.
Si me lo permitis te agrego para volver sin tener que buscarte por otros blogs, que a decir verdad no se como llegue hasta aqui...¡por suerte!
Tere.

Elisabet Cincotta dijo...

Bellos poemas desde el amor de madre y desde la visión poética.

besos
Elisabet

Anónimo dijo...

Un placer leer tus poemas.Enhorabuena

Anónimo dijo...

Un saludo desde aqui♥, espero te encuentres bien!
Tere.

Unknown dijo...

Mi querida Tere

Este poema, una perla más en la diadema que tu blog nos presenta,
me ha impresionado por la prufundidad que alcanza con metáforas e imágenes de una enorme fuerza poética.

¡Bellisimo!

Pat.

CaRiTo dijo...

MAMAAAAAA! increible este poema..i love it..sigue escribiendo mil mas..y si son de mi mejor..i love uuu!