lunes, 20 de enero de 2014

¿DÓNDE QUEDÓ EL ENCANTO?




Recordaba antiguas navidades, donde el encanto radicaba en decorar mi hogar: nacimiento aquí, cesta de piñas allá, aromáticos centros de mesa, velas por doquier, y el árbol, dominando el lugar con su altura de dos metros, henchido de adornos, casi todos, elaborados por mis manos.  Escuchando música decembrina de villancicos españoles, por mis raíces; gaitas y aguinaldos, por mi adopción venezolana y relleno de música tradicional anglosajona, por querencias ya lejanas.  Sentaba en el centro del lugar, envolvía regalos con papeles y cintas multicolores.  Bebía ponche planificando la cena de Nochebuena, y respiraba profundamente el aire fresco de la temporada, el que  barría el cielo de nubes y dejaba brillar un tímido sol.

Han pasado muchos años desde entonces, quizás más de veinte, aún resplandece el mismo sol.  Todos se han hecho mayores, ya no hay niños correteándonos. Sólo existe el recuerdo de aquellas navidades que ahora no fulguran.  Este 24 en la noche, como desde hace tiempo ya, cenaremos en silencio mi marido y yo. La tele mostrará imágenes vocingleras,  nos sentaremos un rato frente a ella y nuestros gatos se nos unirán.   A las 10 un beso de buenas noches, nos acostaremos: mi marido, mis gatos y yo.


Tere Casas ©2013

sábado, 7 de septiembre de 2013

HOMBRECILLO DE MADERA




Llueve su rostro, así como la mañana nos arropa con su manto acuoso.  Silueta abatida.  Resalta el múltiple colorido de un traje arlequinesco sin lograr encender admiración entre su público.  Como un soldado de plomo, erguido, metódico y geométrico cree avanzar pero queda irremediablemente atascado.  Sus piernas de madera no tienen movimiento.  Sufre en silencio.  Cae la estanquilla y muestra una hornacina vacía.  Allá donde habitaba su corazón, sólo queda el enrojecido lacre de una pasión olvidada.

©Tere Casas 2013

lunes, 1 de julio de 2013

AQUELLA ROSA DE PAPEL


Triste vestido el que lleva, tachonado de melado, que más se asemeja a su color que a su sabor.  Encierra en cada pliegue una cita que callada y reveladora expone los sentimientos que alguna vez clamaron  en su temple. Y dice: “Lo necia que….”.  Necia pudiera haber sido al creer en su amor o bien, necia, por almacenar esos celos homicidas, y sin sentido, que su corazón albergaba.  El “perdona” y “ten cuidado” se suman.  Perdonarla, a ella.  Por arder en hogueras de desconfianza o simplemente ser prudente y caminar por el jardín con cautela.   Creyendo terminar con un “comenzar” hacia algo nuevo o un “nunca” de algo que mustiamente perece, en las espinas adheridas a un tallo inexistente, dejándola envejecer entre recuerdos desterrados.

Tere Casas ©2013

lunes, 25 de febrero de 2013



el viento descuelga el otoño
así como
el tiempo remolca tu recuerdo

                                             





tere casas ©2013

domingo, 27 de enero de 2013




infinidad de colores
zurcen instantes
con invisibles puntadas





Tere Casas©2013


sábado, 17 de noviembre de 2012




mis noches no callan
enmudecen los amaneceres





Tere Casas ®2012

jueves, 30 de agosto de 2012




pasaste por mí 
como la vida 
                                   sin detenerte
dejando mi cuerpo en sequía

no escarbo más
es tiempo muerto



®Tere Casas

viernes, 6 de abril de 2012






a mi madre


no es el aroma de los buñuelos
de las rosquillas
ni la penetrante canela

las que me llevan a ti


sino el recuerdo de las noches plagadas de monstruos
cuando a mi lado te acostabas
y ahuyentabas mis pesadillas



Tere Casas@2012

lunes, 30 de enero de 2012

cuando la húmeda tierra
moldee mi cuerpo
mi mirada siga las nubes
y caigan sobre mi rostro
tus lágrimas
entonces sabré

sin epitafio


Tere Casas ®2012